De lo Vil y Menospreciado Escogio Dios para Avergonzar a los Sabios Reina Valera

¿Por qué Dios elige lo vil y menospreciado?

Dentro de la Reina Valera, encontramos un pasaje en el que se revela que Dios escoge lo vil y menospreciado para avergonzar a los sabios. Este concepto puede resultar desconcertante para muchos, ya que naturalmente asociamos la grandeza y la sabiduría con lo que es considerado valioso y honorable. Sin embargo, Dios tiene sus propias razones y propósitos al actuar de esta manera.

La sabiduría humana versus la sabiduría divina

En el mundo, la sabiduría se valora en función del conocimiento académico, la experiencia y los logros intelectuales. Las personas sabias son admiradas y respetadas por su capacidad para resolver problemas, tomar decisiones y comprender las complejidades de la vida. Sin embargo, la sabiduría humana tiene sus limitaciones, ya que está basada en la razón y en la comprensión limitada de los seres humanos.

Dios, por otro lado, posee una sabiduría infinita y trascendente que va más allá de nuestro entendimiento. Su sabiduría es perfecta y no está sujeta a las limitaciones de la mente humana. Por lo tanto, lo que puede parecer vil y menospreciado para nosotros, puede tener un propósito más elevado en el plan divino.

La humildad y la transformación

Una razón por la que Dios elige lo vil y menospreciado es para humillar a los sabios y orgullosos. A menudo, las personas sabias confían en su propia inteligencia y se sienten superiores a los demás. Dios utiliza lo que el mundo considera vil y menospreciado para mostrarles que su sabiduría no es nada en comparación con la suya.

Además, Dios utiliza lo vil y menospreciado como instrumento para transformar a las personas y mostrar su poder en las circunstancias más improbables. Puede usar a aquellos que son considerados despreciables o fracasados por la sociedad para llevar a cabo grandes obras y alcanzar propósitos trascendentales.

¿Cómo podemos aplicar esta enseñanza en nuestra vida?

1. Humildad ante la sabiduría humana:

El primer paso es reconocer que la sabiduría humana tiene sus limitaciones y que no podemos depender exclusivamente de ella para enfrentar los desafíos de la vida. Debemos ser humildes y reconocer que necesitamos la sabiduría divina para guiar nuestras decisiones y acciones.

2. Valorar a las personas menospreciadas:

Debemos aprender a valorar a todas las personas, independientemente de su estatus social, logros académicos o riqueza material. Aquellos que son considerados vil y menospreciado por el mundo pueden tener un potencial y una sabiduría espiritual oculta que merece nuestro respeto y aprecio.

3. Reconocer la obra de Dios en lo improbable:

No debemos subestimar el poder de Dios y su capacidad para actuar a través de situaciones y personas que parecen insignificantes. Debemos estar abiertos a que Dios utiliza lo vil y menospreciado para llevar a cabo su obra y cumplir sus propósitos.

4. Buscar la sabiduría divina:

En lugar de confiar exclusivamente en nuestra propia sabiduría, debemos buscar la sabiduría divina a través de la oración, la lectura de la Biblia y la reflexión espiritual. Al acercarnos a Dios y permitir que su sabiduría nos guíe, seremos capaces de tomar decisiones más acertadas y vivir una vida más plena.

¿Significa esto que Dios no valora la sabiduría humana?

No, Dios valora la sabiduría humana, pero reconoce que tiene sus limitaciones. La sabiduría humana puede ser útil y valiosa en muchos aspectos de la vida, pero no puede compararse con la sabiduría divina.

¿Cómo puedo discernir si algo es la voluntad de Dios, incluso si parece vil y menospreciado?

Discernir la voluntad de Dios requiere de un profundo conocimiento de su palabra, una relación cercana con él a través de la oración y la guía del Espíritu Santo. Si algo parece vil y menospreciado pero está alineado con los principios de Dios y promueve su gloria, es probable que sea parte de su voluntad.

¿Dios solo utiliza personas vil y menospreciadas para su obra?

No, Dios puede utilizar a cualquier persona para su obra, independientemente de su estatus social o intelectual. Sin embargo, aquellos que son considerados vil y menospreciado por el mundo a menudo muestran una mayor disposición para humillarse ante la sabiduría divina y permitir que Dios los use de maneras extraordinarias.

¿Qué podemos aprender de aquellos que son considerados vil y menospreciados?

Podemos aprender humildad, perseverancia y la importancia de no juzgar a las personas por su apariencia o logros externos. También podemos aprender que la grandeza y la sabiduría no siempre se encuentran donde el mundo las espera, y que Dios puede obrar a través de aquellos que son considerados insignificantes o despreciados.