El diezmo y la ofrenda son prácticas comunes en muchas religiones, incluyendo el cristianismo. En el Nuevo Testamento, hay referencias claras sobre estos temas y cómo deben ser abordados por los creyentes. En este artículo, exploraremos lo que la Biblia dice acerca del diezmo y la ofrenda en el contexto del Nuevo Testamento.
El propósito del diezmo
El diezmo es una práctica que tiene una larga historia en el judaísmo, donde se requería a los creyentes dar el 10% de sus ingresos a Dios. En el Nuevo Testamento, Jesús menciona el diezmo en el Evangelio de Mateo, donde critica a los fariseos por su enfoque legalista y por descuidar los asuntos más importantes de la ley, como la justicia y el amor a Dios.
Si bien Jesús no anula el diezmo, también enfatiza la importancia de dar de manera generosa y sincera, y no simplemente cumplir con una regla establecida. En el libro de Hebreos, se menciona el ejemplo de Abraham, quien dio un diezmo a Melquisedec, un sacerdote de Dios, como una muestra de su gratitud y reconocimiento hacia Dios.
La ofrenda como expresión de gratitud
Aparte del diezmo, la Biblia también habla sobre la importancia de la ofrenda como una expresión de gratitud hacia Dios. En el libro de Corintios, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes a dar de manera generosa y alegre, no de forma compulsiva o bajo presión.
La ofrenda, al igual que el diezmo, debe ser dada con un corazón sincero y un espíritu de gratitud. Es una oportunidad para participar en la obra de Dios y contribuir al bienestar de la iglesia y de aquellos que están en necesidad. Además, la ofrenda también puede ser una forma de adoración y un acto de confianza en la provisión de Dios.
Beneficios de dar de manera generosa
Dar de manera generosa y sincera tiene muchos beneficios tanto para el individuo como para la comunidad de creyentes. En primer lugar, muestra nuestra confianza en Dios como proveedor y nos ayuda a reconocer que todo lo que tenemos proviene de Él. También nos enseña a ser mayordomos responsables de los recursos que se nos han confiado.
Además, dar generosamente nos permite ser una bendición para los demás. Nuestros recursos pueden ser utilizados para apoyar a los necesitados, promover la obra de Dios y ser una fuente de consuelo y ayuda para aquellos que están pasando por momentos difíciles. También nos permite experimentar la alegría y el gozo de dar, y nos libera del apego excesivo a las posesiones materiales.
¿Es obligatorio dar el diezmo en el Nuevo Testamento?
El Nuevo Testamento no establece un mandato específico sobre el diezmo. Sin embargo, se enfatiza la importancia de dar generosamente y con un corazón sincero.
¿Qué pasa si no puedo dar el diezmo?
Dar el diezmo es una práctica personal y cada individuo debe orar y buscar la dirección de Dios sobre cómo contribuir financieramente. Lo más importante es dar de manera generosa y según la capacidad de cada persona.
¿Cuál es la diferencia entre el diezmo y la ofrenda?
El diezmo es una décima parte de los ingresos que se da a Dios, mientras que la ofrenda es cualquier cantidad adicional que se da voluntariamente y con gratitud.
¿Cómo puedo saber cuánto dar?
No hay una cantidad o porcentaje fijo establecido en el Nuevo Testamento. Cada persona debe orar y buscar la guía de Dios en cuanto a la cantidad y el propósito de su donación.
En conclusión, el diezmo y la ofrenda son prácticas significativas en el contexto del Nuevo Testamento. Ambas reflejan nuestra gratitud y reconocimiento hacia Dios como proveedor y nos permiten participar en Su obra y bendecir a los demás. No se trata simplemente de cumplir una regla legalista, sino de dar generosamente y con un corazón sincero. Que cada uno pueda orar y buscar la dirección de Dios en cuanto a cómo contribuir financieramente y cómo ser mayordomos responsables de los recursos que Él nos ha dado.